¿Cuál es el país más corrupto de Europa?

La corrupción es un fenómeno que socava la confianza ciudadana, debilita las instituciones y pone en riesgo la seguridad jurídica, política y económica de los países. En el contexto europeo, el nivel de corrupción varía significativamente entre países del este y del oeste, aunque ninguno queda completamente exento. Estos días de vertiginosos escándalos mediáticos, en España más de uno se estará preguntando cuál es el país más corrupto de Europa.

España no es el país más corrupto de Europa, pese a los escándalos

Según el Índice de Percepción de la Corrupción (IPC) que publica todos los años la organización europea no gubernamental Transparency International, el país más corrupto de Europa en los últimos años ha sido Hungría. Este ranking, que puntúa a los países del cero (muy corrupto) al 100 (muy limpio), coloca a Hungría en el puesto más bajo del Viejo Continente.

Hungría mantiene el récord de el país más corrupto de la Unión Europea por tercer año consecutivo, según el informe del año 2024. Venía compartiendo el puesto del “último de la fila” de la Unión Europea con Rumanía y Bulgaria, pero desde 2022 ostenta la dudosa distinción en solitario, con estos dos países en los siguientes escalones del podio corrupto.

De modo general, el último Índice de Percepción de la Corrupción indica que en 16 de los 27 países de la UE, la corrupción ha aumentado en comparación con el año anterior. Entre los motivos destacan el deterioro de la independencia judicial, las prácticas clientelares en la contratación pública y la escasa o nula protección ofrecida a los denunciantes. Conviene resaltar, sin embargo, que no todos los datos se basan en escándalos mediáticos: el IPC recoge la percepción institucional, es decir, lo que opinan expertos y empresarios sobre la integridad del sector público. Por ello, varios países europeos con notorios escándalos públicos no ocupan los peores puestos.

En cuanto al extremo limpio del ranking, el país menos corrupto de Europa es Dinamarca, seguido de cerca por Finlandia, en el segundo lugar de la lista. A pesar de ocupar buenos puestos en la lista general, varias democracias veteranas europeas como Suecia (82), Países Bajos (79) y Reino Unido (71), obtuvieron sus «peores notas» en el IPC anual desde que el índice apareció por primera vez en el año 2012.

¿Y qué pasa con España?

En el caso de España, aunque los escándalos recientes —como los relacionados con el uso de fondos públicos, contratos irregulares o presunto enriquecimiento ilícito de figuras políticas— han generado un gran impacto mediático, España mantiene una posición media-alta en el ranking.

En el Índice de Percepción de la Corrupción (IPC) 2024 de Transparencia Internacional, España ocupa la posición 46 de 180 países. Esto representa una caída de diez puestos con respecto al año anterior, ya que en 2023 España ocupaba la posición 36. La puntuación de España en el IPC 2024 fue de 56 sobre 100, lo que significa una disminución de cuatro puntos en comparación con los 60 puntos obtenidos en 2023. Esta puntuación sitúa a nuestro país por encima de la media mundial, pero por debajo de países europeos como Alemania o los países nórdicos.

Esta aparente contradicción entre la cobertura mediática y la clasificación internacional se debe a que, en España, existe una mayor libertad de prensa, una justicia más independiente y mecanismos de transparencia más desarrollados que en otros países, lo que favorece la detección y denuncia de la corrupción. La visibilidad no implica necesariamente mayor corrupción, sino mejor fiscalización.

La corrupción como reto para Europa

La corrupción en Europa sigue siendo un reto transversal que impacta en la seguridad jurídica y económica. Desde el punto de vista del sector de la seguridad corporativa y pública, entender el contexto político y el nivel de integridad institucional en cada país es clave para diseñar estrategias de prevención del fraude, riesgos reputacionales y cumplimiento normativo.