Europa suspende en su nivel de cobertura de la salud mental. Solo un tercio de los europeos que tienen problemas de depresión reciben un tratamiento. Y, de estos, aproximadamente un tercio también son los únicos que reciben un tratamiento adecuado. Es decir, un porcentaje alrededor de un 11% del total. Esta es una de las conclusiones de un estudio (‘Mental health service coverage and gaps among adults in Europe: a systematic review’) que ha analizado más de 20 años de datos de 54 países de Europa, incluidos no solo los de la Unión Europea sino otros de la «región europea», en términos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y que es una invitación urgente a mejorar no solo los recursos públicos sino la información a la población afectada, que en muchas ocasiones ni llega a las consultas.
Uno de los autores del estudio es Jordi Alonso, especialista en medicina preventiva y salud pública e Investigador en el Institut Hospital del Mar. Alonso echa de menos mayor número de datos de estos países pero, con la información de que se dispone, afirma claramente que «toda la región suspende en la cobertura de los problemas de salud mental y sólo los trastornos graves como la psicosis tienen una cobertura, en algunos estados, del 90%; pero en cuanto a la depresión el nivel de cobertura baja mucho y solo un tercio de los afectados tienen contacto» con recursos sanitarios.
«Los gobiernos deberían subvencionar los servicios para los grupos vulnerables y de bajos ingresos»
En concreto, la cobertura para los trastornos psicóticos es generalmente mayor, a menudo superando el 90% en algunos países, pero varía ampliamente. Para el trastorno depresivo mayor, el tratamiento mínimamente adecuado oscila entre menos del 10% en Bulgaria, Tayikistán y Turkmenistán y más del 35% en Alemania y la República Checa. La cobertura para los trastornos de ansiedad oscila entre el 7% en Bulgaria y el 47% en Suecia; la mayoría de las estimaciones para los trastornos por consumo de sustancias fueron inferiores al 15%, y la cobertura para el TDAH en adultos es generalmente inferior al 10%.ç

Jordi Alonso,en el Parc de Recerca Biomèdica de Barcelona. / JORDI OTIX
Lejos de los objetivos
Con los datos en la mano, el objetivo de la OMS de incrementar un 50% la cobertura de los tratamientos dentro de 5 años se aleja. El estudio, publicado en la revista ‘The Lancet, regional Health-Europe’, constata que España está en el promedio de los países occidentales. En concreto, solo un tercio de las personas afectadas recibe tratamiento y solo el 12% de quienes lo reciben se puede considerar que han obtenido un tratamiento adecuado.
«Hay pocos servicios y pocos profesionales, poco integrados en la atención primaria y en la comunidad. Y resulta difícil a acceder a ellos»
Se considera un tratamiento adecuado el hecho de que se usen criterios de práctica clínica para decidir la duración del tratamiento, se disponga del nivel de especialidad adecuada en cada caso y que el método usado para mejorar la salud del paciente sea la correcta de acuerdo con las guías de práctica clínica. «España se comporta como otros países occidentales, no de los mejores, pero con una tasa de cobertura similar a ellos», apunta Alonso, que indica que los datos de Catalunya son parecidos a los del conjunto del Estado. En depresión mayor, un 28% de las personas afectadas tienen contacto con el sistema de salud y de ellas un 18% tiene el abordaje adecuado.
Los investigadores reclaman no solo más profesionales sino información a la ciudadanía contra el estigma
Alonso llama la atención sobre un problema doble, que está en el origen de estas cifras: «En la parte de la oferta, hay pocos servicios y pocos profesionales, poco integrados en la atención primaria y en la comunidad. Y resulta difícil a acceder a ellos y a los servicios de diagnóstico; pero después existe el estigma, un factor cultural que hace que las personas con trastornos se sientan rechazables y les cueste más acercarse a los servicios sanitarios».
Colectivos más vulnerables, menos atendidos
El estudio detecta que los colectivos con peores resultados de atención y de atención adecuada son las mujeres, las minorías sexuales y étnicas, los inmigrantes y las personas sin hogar. «Es así porque estos colectivos acumulan factores de riesgo a sufrir con más frecuencia un trastorno mental y existen vulnerabilidades que se asocian a un menor contacto con los servicios sanitarios», explica Alonso, que reclama identificar a la población vulnerable para facilitarles el acceso a los servicios de salud mental.
Es fundamental ampliar y mejorar los servicios de salud mental mediante reformas políticas, el aumento de la plantilla, la descentralización de la atención y las intervenciones financieras»
La conclusión del estudio no puede ser más contundente: «Ampliar y mejorar los servicios de salud mental mediante reformas políticas, el aumento de la plantilla, la descentralización de la atención y las intervenciones financieras será fundamental para lograr un acceso equitativo y mejorar los resultados en salud mental en toda Europa».
Qué hacer
El investigador del Hospital del Mar propone, en este sentido, dos tipos de acciones concretas. Por un lado, más oferta, más personal, más centros de salud, más integración en la atención primaria. «Y, por otro lado, frente al estigma, se debe hacer promoción de la salud mental, del bienestar, y separar lo que es un malestar de un trastorno mental». Para ello el trabajo en centros educativos y el empoderamiento de la ciudadanía en general para que sepa identificar síntomas es, a juicio de este experto, crucial.
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